Educar es mantener abierta la posibilidad de deconstrucción, en esa afirmación de lo real que supone Derrida ; de ficciones sociales que hasta hoy no son más que un sofisma en el que se sustentan las desigualdades. En pro de construcciones dialógicas y dialécticas donde la enseñanza y el aprendizaje sean producto de esa conversación interminable a la que refiere Borges, en donde la razón no importa de quien provenga mientras exista como tal, y hoy mucho mas evidente desde la tecnológica contemporaneidad… sin distancias y sin tiempos como antes concebidos.
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